Y al respirar sentí que todo había acabado, por fin perdería de vista esta angustia que arrastraba desde hace meses, y al respirar y sentirme aliviado, pensé en ti, en tus bonitos ojos verdes y tu amplia sonrisa, cuanto te había echado de menos, cuanto necesitaba verte, y me jure que a partir de ese momento tu serías mi unica prioridad, porque hacerte feliz es la mision más bonita que Dios podría haberme encomendando... Ahora lo he comprendido...
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