Soy fuerte, lo sé. Y lo
sé porque soy la única que conoce toda mi vida. Todos tenemos
secretos, historias y reacciones a estas que no contamos, supongo que
creyendo que si no las dices en voz alta no se hacen realidad, pero
cuando vuelves a estar a solas, siguen ahí. Creo que son las únicas
cosas que nunca te abandonan, hasta que las superas o aprendes a
vivir con ellas, y yo lo hice. Hoy podría no estar aquí, pero lo
estoy y por eso sé que soy fuerte y aunque nadie más lo sepa, yo no
tengo ninguna duda, lo soy.
Y sin embargo, si soy
así, ¿Como puedo flaquear tanto ante cada revés? Y ahora es cuando
tu, que estas leyendo esto me dices que es normal, que hasta los más
fuertes se sienten desfallecer alguna vez porque nadie es capaz de
ser Clark Kent, pero créeme, solo lo dices porque no me conoces y
si lo haces, no sabes como soy en realidad.
Creo que cuando se trata
de mi, soy capaz de ver oscuridad en todo, vaya donde vaya. Y durante
un tiempo, esta oscuridad difumina todo lo demás. Incluso las luces.
Están ahí, todos las ven, incluso me cuentan que a veces parecen
un campo de estrellas en el frío manto de la noche, pero yo no puedo
verlas. Cuando esto pasa no soy más que un minúsculo punto ciego
que mira a todas partes tratando de agudizar los ojos, pero todo lo
que ve es oscuridad y amargura.
Es esa oscuridad de la
que intento hablarte, la que me hace flaquear y olvidar quien soy, la
que borra por un tiempo toda mi vida y hace que olvide todos los
mecanismos de auxilio que he usado antes. Pero no quiero
confundirte, hablando así puede que pienses que la oscuridad tiene
la culpa y no la tiene, solo yo soy culpable de todo esto. ¿Por
qué?
Porque soy yo la que no
ha aprendido a ver la luz en la oscuridad, soy yo la que abro el
corazón a lo negativo y le pongo un muro infranqueable a lo bueno,
con las personas, suele pasarme igual aunque eso es algo para otro
día.
Solo mi gente, que no
necesariamente son los que están más cerca físicamente, se estarán
imaginando de lo que hablo cuando lean esto, para los demás, el
resumen puede ser algo como: Hubo algo en el camino hace unos días,
que ni siquiera era negro, tampoco era blanco, puede que un marrón
anaranjado, pero yo ¿Que hice? Oscurecerlo, me empeñé y me empeñé
en ello, y se convirtió en lo más negro que había visto en mucho
tiempo y me hundió, o casi lo hace, porque tengo la suerte de que
aún hay gente lo suficientemente kamikaze para aguantarme y no
dejarme caer. Y gracias a esta gente, sobre todo a una, que sé que
también se va a reconocer en estas lineas, aunque quizá no este de
acuerdo, hoy vuelvo a estar aquí.
Pero no quiero que esta
vuelta, sea como la de esos niños que salen de la habitación de
castigo (la de los juguetes) tras cumplir su pequeña condena y
vuelven a comportarse igual. Quiero que esta vuelta, sea la vuelta a
quien soy y a quien nunca debí dejar de ser, ni permitir que mi
propia mente lo olvidara, por eso os digo, sobre todo a los pequeños
kamikazes que antes nombraba, que me comprometo a rebuscar por
dentro y a recoger los mecanismos olvidados para que estos me ayuden
a agudizar mis ojos para que la luz empiece a ganarle a batalla a la
oscuridad.
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