"No
sabía que el mundo entero cabía entre tus brazos" No, no lo
sabía. Ese era el lugar más maravilloso y seguro del mundo. Y yo lo
ignoraba. ¿Cómo iba a saberlo? Estábamos destinados a odiarnos.
¿Recuerdas?
Aún
recuerdo la primera vez que me miraste. Dios...me habrías dado con
una pala en la cabeza si hubieses podido. ¿Como podía generarte
tanto odio si aún no me conocías? Nunca te lo reproché. No habría
tenido mucho sentido hacerlo cuando mis pensamientos sobre ti tampoco
eran los mejores del mundo."Uf ¿De donde habrán sacado a
este pijo estirado?"Solía pensar con desdén cuando te veía
a mi alrededor.
Como
iba a imaginarme que ese pijo estirado se convertiría en mi mejor
aliado. Supongo que si alguien me hubiese dicho que permanecerías a
mi lado aún con todos en contra, hasta las últimas consecuencias si
fuese necesario, me habría reído y le habría dicho que se dejase
de idioteces. Pero lo hiciste. Permaneciste fiel y leal a mí aunque
todo indicaba que no debías hacerlo, sin preguntas, sin ruegos, sin
decir nada, Tan solo estabas a mi lado porque sentías que debías
hacerlo, no te importaron las reglas ni tu odio hacia mí.
Bueno,
en realidad creo que ya no me odiabas, supongo que no era tan difícil
llegar a tu corazón,total, el muro que lo cubría era de paja.
Fácilmente franqueable. Y lo franqueé. Y en algún momento dejé de
ser la diana perfecta para tus dardos envenenados con tu ira. Y tú
dejaste de ser un pijo estirado para mí. Bueno, al menos dejaste de
ser estirado...
Y
entonces empezamos a hablar. No con palabras. Éstas dejaron de hacer
falta. Con la mirada bastaba para saber que hacer en cada situación,
que necesitaba el otro, que había que hacer y que no. Esto hizo que
nuestro trabajo pasase de ser complicado a ser sencillo. Que de ser
alguien más nos convirtiéramos en los mejores. El dúo perfecto.
Antes
he dicho sencillo ¿Verdad? No. En realidad siguió siendo
complicado, porque con esto empezaron las faltas de oxígeno cuando
el otro estaba en peligro. El alivio cruzando nuestro rostro cuando
nos veíamos volver a salvo. Empezamos a soltar el aire que no
sabíamos que estábamos conteniendo cuando el otro conseguía
escapar de una muerte segura. Y empezaron los abrazos cuando
conseguíamos burlar a la muerte una vez más.
Como
el de hoy. Cuando al abrazarnos he sentido que estaba en casa por
primera vez, y me he sentido extrañamente estúpida al pensar que
sí, que el mundo entero cabía entre tus brazos. Casi iba a
reprenderme por ello cuando he sentido tus lágrimas mojar mi hombro
mientras tus brazos se aferraban a mí más fuerte. ¿Sencillo? No
cielos. Está lejos de ser sencillo. Ahora es complicado. Muy
complicado.
2 comentarios:
Precioso fragmento, muy sentido y muy bien llevado. De cómo el amor lo cambia todo... lo complica todo, lo ensalza todo.
A veces se vuelve complicado, pero cuando sabes que vale la pena siempre es bueno intentar cambiar todo, suerte y un abrazo.
Publicar un comentario