domingo, 11 de enero de 2009

una hora en el psicologo

Ya estamos aquí, una vez más, después de un duro día de trabajo, ¿Sabes que? Hay días que uno no debería levantarse de la cama, tampoco se perderia nada, porque todos los días son iguales, cada día que pasa es igual que el anterior, en la vida todo se acaba convirtiendo en monotonía, por eso, dime, ¿Para que levantarme mañana? Si voy hacer exactamente lo mismo que hoy, y después volveré aquí, me acostaré en este mugriento sofá y volveré a quejarme de todo esto, y volveré a poner una mueca cuando me acuerde de las veces que toqué la felicidad con la punta de los dedos y creí que sería así para siempre, y después... Después tu te quedaras aquí, guardaras la libreta donde apuntas mis monologos diarios, lo único que dirás en toda esta hora será, se acabó el tiempo, vas mejorando, vuelve mañana, y mientras tu recibes a otro paciente, yo me iré a casa, le leeré a los niños, escucharé sus andanzas en el colegio, mi marido fingira escuchar mientras lee el periodico, hasta que se de cuenta de que ya es tarde, y soltará, ¡eh tu! acuestales a dormir, yo lo haré, volveré a la cocina a fregar los platos de la cena, le haré su café de cada noche, y sin mas preambulos, ni despedidas, y sin cruzar una palabra se irá a dormir, yo fingire ver la television durante un rato, y al final decidire que será mejor irse a dormir, y a la mañana siguiente sonara el despertador y me dirá ¡eh tu! levanta a los niños y hazme el desayuno... y vuelta a empezar.

RING!!

-Se acabó el tiempo, vas mejorando, vuelve mañana.

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